Movilización y transferencia de mayores dependientes
Si eres cuidador necesitas adquirir las habilidades que te permitan realizar la movilización y transferencia de la persona mayor dependiente a la que cuidas de la forma más adecuada, a fin de evitar lesiones.
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Adquirir conocimientos básicos sobre cómo mover a una persona mayor encamada, o llevarla de una habitación a otra cuando presenta movilidad reducida, es fundamental para su cuidador informal. Se denomina cuidador informal al familiar, amigo, o persona de su entorno social, que se encarga de cuidar a un adulto mayor o persona dependiente sin disponer de formación socio-sanitaria específica para ello. Se encargan de la alimentación, la higiene, la toma de la medicación, e incluso de la cura de heridas y demás necesidades de la persona que no se vale por sí misma, pero no dispone de los recursos necesarios o no desea vivir en un asilo o contratar a personal calificado.
Es fundamental adquirir esta habilidad porque realizar malos movimientos, o no hacerlos con la frecuencia adecuada, puede acarrear problemas de salud, tanto al cuidador como al encamado.
Para que la ejecución sea la adecuada, primero el cuidador debe:
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Observar la posición del encamado y plantearse el movimiento que va a realizar.
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Posicionarse de tal forma que la tensión y la fuerza que realice implique al mayor número de músculos posibles de su cuerpo, para evitar que toda la carga caiga en uno o dos.
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Comenzar con una posición que asegure tener la espalda recta, las rodillas flexionadas, los pies separados unos 30 centímetros, el cuerpo lo más cerca posible de la otra persona, y orientado hacia la dirección en la que se va a realizar el movimiento.
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Una vez que se ha adoptado esta postura, ya se puede proceder a mover a la persona encamada. Lo ideal es hacerlo entre dos personas para evitar sobre esfuerzos. Estos son algunos de los consejos a tener en cuenta para realizar los movimientos:
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Se deben hacer lentos, sin que sean bruscos, y evitando lo máximo posible el roce del cuerpo del encamado.
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Colocar una sábana doblada debajo de la persona, situada en la mitad de su cuerpo, entre los hombros y los muslos. Primero se deberá colocar en un lado, y luego del otro. La persona encamada debe estar de lado.
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Una vez que está bien colocada la sábana se debe coger de un lado, aunque es mejor de los dos con la ayuda de otra persona, y se puede proceder a mover a la persona hacia el lado de la cama deseado tirando de la sábana.
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En el caso de que se le quiera mover hacia el cabecero, y si el encamado puede, se le debe pedir que agarre el cabecero y flexione sus rodillas. El cuidador deberá colocarse a la altura de sus caderas y meter sus brazos debajo del dependiente. A continuación, deberá pedir su colaboración para que haga fuerza y así le ayude a desplazarse hacia arriba, siempre realizando el movimiento desde sus caderas.
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En el caso de que la persona no pueda colaborar, es recomendable pedir ayuda a otra persona. En este caso se volverá a utilizar la sábana doblada, y entre los dos, cogiendo ambos extremos, movilizar al encamado hacia el cabecero. Si el cuidador está solo, deberá retirar la almohada y colocarse frente a la cama, con el cuerpo ligeramente girado hacia el cabecero; en este caso debe colocar un brazo debajo del hombro de la persona, y el otro por debajo del muslo para realizar el movimiento deseado, manteniendo las rodillas rectas.
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